La epopeya de Courchevel
¡Se atrevieron! Courchevel, el pionero... ¡Incluso hoy!
¡Pioneros, aventureros y visionarios lo hicieron! ¿Qué idea vanguardista impulsó al Consejo General de Saboya en 1946 a crear de la nada una estación de esquí en un lugar que hasta entonces sólo había sido utilizado en verano por un puñado de pastores? ¡Qué audacia la del ayuntamiento de Saint-Bon al aceptar este grandioso proyecto, que iba a cambiar para siempre el destino de una pequeña comunidad de montaña! Y sin embargo, tenían razón... la fama y el éxito de la estación saboyana estaban ahí desde el principio y siguen estando ahí hoy en día. Y con razón... desde aquel día, muchos pioneros han contribuido al desarrollo de la estación, ayudando a forjar su reputación y su renombre internacional a lo largo de los años.
Hoy en día, Courchevel sigue impulsada por este espíritu pionero y visionario. Inventa y se renueva constantemente... y sigue estando un paso por delante en lo que respecta a la preparación perfecta, la preparación de pistas de calidad, los remontes de última generación y la experiencia en salvamento. Esta búsqueda de la innovación y la perfección también se refleja en las instalaciones, el servicio hotelero y la gastronomía de la estación. Todo ello es posible gracias a las numerosas personalidades apasionadas, talentosas e innovadoras de todo el mundo que destacan en su campo. Descubra la epopeya de Courchevel desde su creación en imágenes en el sitio web dedicado.
Han creado
Una nueva profesión: socorrista de esquí
Para ofrecer a los clientes un terreno de juego seguro y accesible al mayor número de personas posible, ¡hubo que crear una nueva profesión e inventar nuevos equipos! Bajo la dirección de un hombre apasionado cuyo carisma era reconocido por todos, un puñado de pioneros se embarcó en esta aventura, en la que la experimentación formaba parte del trabajo diario.
Este hombre, Emile Allais, campeón de esquí que había recorrido el mundo, se inspiró en lo que había visto en Estados Unidos para llevar a Courchevel a la vanguardia de la innovación. Creó el servicio de pistas de Courchevel en los años 50, con las siguientes misiones:
Ofrecer pistas lisas, es decir, acondicionadas, para que incluso los principiantes pudieran disfrutar de los placeres del esquí, probando las máquinas de acondicionamiento más originales. En particular, trajo de Estados Unidos el sno-cat. Este vehículo, utilizado habitualmente en las expediciones polares, permitió a Courchevel convertirse en la primera estación francesa equipada con una máquina pisanieves.
Asegurar el dominio esquiable delimitando y demarcando los bordes de las pistas con balizas.
Ayudar a los esquiadores en dificultades o accidentados.
Prevenir accidentes y lesiones excavando las pistas en verano para facilitar el esquí.
Hoy en día, esta búsqueda incesante de la preparación perfecta es el legado que nos han dejado estos intrépidos entusiastas, siempre en busca de la excelencia para ofrecerle un terreno de juego de la más alta calidad. La búsqueda de la preparación perfecta siempre ha sido un leitmotiv en Courchevel, y la estación sigue teniendo el honor de permanecer entre las mejores del mundo con sus equipos trabajando sin descanso.
Inventaron
Nace en Courchevel un nuevo concepto de "esquís puestos
Todo había que inventarlo... Y para ello, nada mejor que el ojo de un experto, y amante de la montaña además, para proponer un tipo de estación de esquí completamente nuevo en comparación con lo que se había hecho hasta entonces. Se trataba de Laurent Chappis, quien, tras haber esquiado en todas las pistas del municipio, elaboró un plan urbanístico muy vanguardista para la estación.
Su idea era satisfacer dos necesidades esenciales para los futuros clientes de la estación:
Ofrecer a los turistas un acceso directo a las pistas de esquí construyendo alojamientos a lo largo de las mismas: había nacido el concepto "ski-in/ski-out".
Crear un punto neurálgico de las pistas, donde se situaría el corazón animado de la estación: el frente de nieve y su "grenouillère", donde esquiadores y peatones podrían reunirse para celebrar su estancia en la montaña.
Así nació un nuevo tipo de estación, para deleite de los esquiadores que cayeron rendidos ante este lugar totalmente diseñado pensando en ellos.
Como prueba del éxito de Courchevel, su plan urbanístico fue rápidamente imitado por los diseñadores de las estaciones integradas de los años sesenta. Hoy en día, esta integración, en la que urbanismo y pistas se convierten en uno, continúa, lo que nos permite ofrecerle el mayor número posible de alojamientos ski-in/ski-out.
Aquí, los coches son cosa del pasado: el calvario de cargar con los esquís y caminar kilómetros con las botas de esquí es cosa del pasado... Toda la estación se esfuerza por simplificar sus desplazamientos y facilitarle la estancia: tanto si va en esquís como a pie, los remontes mecánicos, los autobuses y las lanzaderas de los alojamientos se encargarán de que se desplace en las mejores condiciones.